El Laboratorio Vril: Las instalaciones se extendían por un intrincado laberinto de dependencias que incluían las oficinas administrativas, los generadores de vapor de agua a presión y los laboratorios en los que los científicos de la Sociedad Vril, vivieron y trabajaron en el desarrollo de sus proyectos.

La vida en esas condiciones no debía haber sido fácil. Aunque la temperatura ambiente y las condiciones generales podrían haber sido aceptables, el aislamiento y el hecho de estar viviendo bajo tierra todo el tiempo, en una constante sensación de persecución, podrían haber propiciado trastornos psicológicos en los miembros del personal.